Estos puntos han sido redactados en base a las experiencias de otros maestros alrededor del mundo:
- Curiosidad: es muy importante buscar nuevas ideas e investigaciones, leer sobre otras formas de hacer las cosas o presentar los contenidos, y pensar en cómo se pueden ajustar las rutinas, puesto que los docentes no pueden esperar obtener los mismos resultados año tras año. Cada clase presenta diferentes experiencias y conocimientos previos. Es necesario realizar ajustes a medida que el docente trabaja en la inclusión del conocimiento previo de una clase concreta. Su curiosidad le ayudará a guiar este proceso de forma rápida y eficaz, y de manera que mejore la experiencia de aprendizaje.
- Interés por aprender durante toda la vida: se trata de un atributo muy potente que debe demostrarse e inculcarse durante las clases. Por ejemplo, mis alumnos han estado investigando recientemente para su exposición del PEP y aprendiendo a citar sus fuentes. En ese momento, yo estaba cursando un máster y les mostré cómo yo también tenía que citar mis consultas. Esto dio pie a una conversación sobre el aprendizaje en la edad adulta y la satisfacción y las oportunidades que puede brindar.
- Entusiasmo: adoro mi profesión y disfruto del tiempo que paso con mis alumnos. Por eso, considero que debo transmitirles este valor en la medida de lo posible. Cuando los llevo a excursiones relacionadas con la clase de geografía, me entusiasma el proceso y los alumnos comparten ese sentimiento.
- Priorización del cuidado propio: los docentes dedican tanto tiempo a cuidar de los demás que con frecuencia desatienden su propio bienestar. Si un docente se cuida, podrá atender a sus alumnos con energías renovadas, entusiasmo y agudeza mental. Existen hábitos, como el sueño adecuado, la alimentación saludable y la actividad física y mental fuera del colegio, que los alumnos no ven, por lo que compartir anécdotas e historias con ellos (cuando proceda) es una manera eficaz de demostrarlos. Incluso con pequeñas acciones (como mostrar a los alumnos los tentempiés saludables que lleva al colegio), puede ayudarles a ver que predica con el ejemplo.
- Participación activa en un tema externo al colegio: lo que enseña en clase cobrará pertinencia y una dimensión más mundana. Mi interés y actividad independientes en la lectura y redacción en lengua inglesa, y el seguimiento de los avances en el mundo literario contribuyen a mejorar mi enseñanza. También me ayudan a mantener un mejor equilibrio entre mi vida personal y profesional, dado que hago uso de mis actividades e intereses en clase.
- Cultivo de relaciones profesionales enriquecedoras: los docentes altamente efectivos cultivan relaciones con sus alumnos que van más allá del colegio. Estas relaciones se basan en un nivel auténtico de respeto mutuo. En los mejores casos, pueden durar hasta mucho después de la graduación.
- Aprendizaje visual: los buenos educadores usan diferentes métodos para ayudar a sus alumnos a pensar y aprender visualmente. El denominador común de su éxito es que dedican el tiempo necesario a llenar las aulas de coloridos recursos visuales que hacen volar la imaginación de los alumnos. Estos recursos guían a los alumnos por el proceso de aprendizaje y se pueden utilizar como puntos de referencia para ayudarlos a mejorar su comprensión.
- Actitud positiva: se trata de un recurso tremendamente útil. Los alumnos acuden a los docentes cada día con problemas diferentes, y es nuestra responsabilidad demostrar una actitud positiva y enseñarles que la educación puede ser divertida e interesante. De esta forma, también se creará un entorno positivo y emocionante, que es lo que todo docente desea y todo alumno necesita.
- Planificación: es el mejor hábito que tienen los docentes. Prepararse para una clase es la mejor garantía de éxito. La planificación incluye la investigación y la lectura, que nos abren los ojos a nuevas posibilidades e ideas, y nos permiten colaborar. El trabajo combinado y los vínculos interdisciplinarios pueden enriquecer cualquier estrategia de enseñanza.
- Papel de modelo: Resuelvan juntos los problemas. Demuestre que los errores son oportunidades para aprender. ¡Y celebre los éxitos!
- Comunicación: durante más de seis años, mis alumnos han redactado un boletín informativo semanal que enviamos a los padres, abuelos, tíos y otros amigos de la familia. La comunicación regular con las familias permite que todos sus miembros hablen con los niños sobre los acontecimientos que tienen lugar en el colegio.
- Accesibilidad para los alumnos: creo firmemente en este hábito. Siempre estoy disponible para los alumnos durante los descansos y dispuesta a dedicarles más tiempo cuando es necesario. Así sienten que son una parte importante de mi día a día.
- Perseverancia: es un hábito fundamental para los docentes, pues estamos probando cosas constantemente.
- Comprensión de que nuestro trabajo no se limita a ayudar a los alumnos a alcanzar su potencial, sino a superarlo: los docentes que destacan sobre el resto ayudan a sus alumnos a identificar sus talentos y habilidades, y a comprender cómo pueden utilizarlos y visualizar las nuevas posibilidades que les brindan.
- Reflexión: este hábito constituye una forma muy eficaz de planificar e impartir futuras clases, pues nos anima a plantearnos el éxito de los hábitos y técnicas que hemos utilizado, y cómo aprendemos de ellos y los mejoramos.
Una adaptación del blog original: http://blogs.ibo.org/blog/2016/09/30/los-15-habitos-de-los-docentes-altamente-efectivos/?lang=es